David Wechsler propuso en 1958 la definición de inteligencia como” la capacidad global del individuo para actuar con propósito, pensar racionalmente y manejar efectivamente su ambiente”. La medida de la inteligencia se plasmaba en un número que indicaba el coeficiente intelectual que reflejaban el nivel de competencias que lo componen, como son la capacidad de análisis.,comprensión, retención y resolución de problemas de índole cognitivo. Pero el individuo requiere desarrollar un conjunto de competencias no cognitivas que conforman el amplio espectro de la inteligencia en general y que se refiere a los componentes del área de desarrollo socio-emocional.
Por eso hoy en día es posible hablar de una noción no-cognitiva de la inteligencia, referida a las habilidades de manejo emocional, personal y social, paralelas a las habilidades cognitivas conocidas.
Howard Gardner (1983) en su obra «Frames of Mind», revoluciona el concepto de inteligencia a través de la teoría de Inteligencias Múltiples , Gardnerd destacando dos tipos de inteligencia, la interpersonal y la intrapersonal muy relacionadas con la competencia social, y hasta cierto punto emocional , que suponen un reto para la educación al demostrar las profundas repercusiones personales y sociales que conlleva el no tomar en consideración la dimensión emocional del ser humano en el sistema educativo. Gardner las define como sigue: “ La Inteligencia Intrapersonal es el conocimiento de los aspectos internos de la persona: el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre las emociones y finalmente ponerles nombre y recurrir a ellas como un medio de interpretar y orientar la propia conducta.”
La Inteligencia interpersonal se construye a partir de una capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás, en particular,contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones. En formas más avanzadas, esta inteligencia permite a un adulto hábil leer las intenciones y deseos de los demás, aunque se hayan ocultado.
En 1987 psicólogo norteamericano Stemberg, defiende la existencia de tres tipos de inteligencia. La primera es la analítica, que permite evaluar, comparar y asociar hechos o conocimientos. La segunda, es la creativa, que nos capacita para descubrir,imaginar y proyectar ideas o planes. Por último la faceta práctica resulta indispensable a la hora de ejecutar, implementar y activar esas decisiones o proyectos.
Acuña el término Inteligencia exitosa para definir aquella inteligencia que nos conduce al triunfo, distinta tanto del cociente intelectual, que implica logros académicos, como de la inteligencia emocional, que implica la modalidad de pensamiento más idónea para la relaciones personales. Requiere habilidad en tres tipos de pensamientos: el creador, el práctico y el analítico.
Las personas que poseen este tipo de inteligencia son motivadas, autocontroladas, perseverantes e independientes; se muestran siempre astutas par a conseguir resultados a partir de lo que hacen, pues disponen del saber práctico necesario para hacerlo bien casi todo y para encontrar maneras de superar sus limitaciones; y, lo más estimulante de todo, en el fondo poseen una inteligencia que se puede medir y desarrollar.
La Inteligencia Emocional. es un concepto relativamente nuevo que introdujeron Peter Salovey y John Mayer en 1990. Ambos psicólogos de Harvard, formaban parte de la corriente crítica contra el concepto tradicional que consideraba la inteligencia sólo desde el punto de vista lógico-matemático o lingüístico. Ellos definieron la Inteligencia social como aquella que comprende la habilidad de supervisar y entender las emociones propias así como las de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones “.
Sin embargo ha sido un periodista y divulgador científico, Daniel Góleman el responsable de popularizar este concepto en su libro “La Inteligencia Emocional” y lo define como la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir y responder adecuadamente a los estados de ánimo, temperamento, motivaciones y deseos de los demás.”
Características de la persona emocionalmente inteligente:
1. Actitud positiva: resalta los aspectos positivos por encima de los negativos; valora más los aciertos que los errores, más las cualidades que los defectos, más lo conseguido que las insuficiencias, más el esfuerzo que los resultados, busca el equilibrio entre la tolerancia y la exigencia
2. Reconoce los propios sentimientos y emociones
3. Se siente capaz de expresar sentimientos y emociones: tanto las consideradas positivas como las consideradas negativas necesitan ser canalizadas a través de algún medio de expresión Sabe reconocer el canal más apropiado y el momento oportuno
4. Es capaz de controlar sentimientos y emociones: sabe encontrar el equilibrio entre expresión y control. Sabe esperar.Tolera la frustración y es capaz de demorar gratificaciones.
5. Es empática: se mete con facilidad en la piel del otro, capta sus emociones aunque no las exprese en palabras sino a través de la comunicación no verbal
6. Es capaz de tomar decisiones adecuadas: el proceso de toma de decisiones integra lo racional y lo emocional. La emoción impide a veces la decisión. Es importante darse cuenta de los factores emocionales presentes en cada decisión de cara a que estas sean apropiadas.
7. Tiene motivación, ilusión e interés: todo lo contrario a la pasividad, al aburrimiento o la desidia. La persona es capaz de motivarse, ilusionarse por llegar a metas e interesarse por las personas y las cosas que le rodean.
8. Autoestima adecuada: sentimientos positivos hacia sí misma y confianza en sus capacidades para hacer frente a los retos que se encuentre en la vida.
9. Sabe dar y recibir
10. Tiene valores que dan sentido a su vida
11. Es capaz de superar las dificultades y frustraciones aunque hayan sido muy negativas
12. Es capaz de integrar polaridades: lo cognitivo y lo emocional, soledad y compañía, tolerancia y exigencia, derechos y deberes.