La tecnología evoluciona frenéticamente y con ella el uso que hacemos de redes sociales y aplicaciones.
El fenómeno «Informer» es una inmensa red de cotilleos que surge en la Universitat Autònoma de Barcelona, durante el mes de Enero, a través de un grupo de alumnas que abren una página en Facebook para poder dejar cualquier tipo de comentario, habitualmente, sobre alumnos del sexo opuesto. El funcionamiento es muy sencillo: se envía un mensaje por Facebook y las creadoras de la página lo publican de forma anónima.
La polémica está servida. Declaraciones de amor, bulos, informaciones no confirmadas… todo se puede publicar en el muro.
En tres días consiguieron 7.000 seguidores. Ahora cuentan con más de 12.600. Otras universidades han copiado el modelo con éxito de participación tanto en posts como en
seguidores.El fenómeno rapidamente se extiende a diversas facultades de otras universidades, de forma viral.
Por su parte,»Gossip» es una nueva aplicación que, según sus creadores, sirve para leer, compartir y publicar noticias a tu alrededor. De momento sólo está disponible para iOS aunque en su página web puedes reservar tu nickname para cuando desarrollen la aplicación para Android.Nace el pasado mes de diciembre como una app para iPhone y el contagio también es viral.
Su funcionamiento es sencillo (y peligroso). No apto para gente celosa de su intimidad.
¡Tienes que saberlo! Controla todo lo que pasa. Busca según tus intereses, tus gustos… Apúntate a salas y sigue a otros usuarios.
Corre la voz. Hay cosas que todo el mundo tiene que saber. Comparte cada gossip por email o en tus principales redes sociales.
A tu alrededor. Gossip es local. Encuentra las salas en tu ciudad que realmente te interesan. y si no existen, créalas y mira como crecen
Como en la mayoría de los casos el fin para el que se han creados estos sitios, a priori, es bueno: poder expresar algo con total libertad. La experiencia nos dice que lo que suele suceder es que algunos, escondidos en el anonimato, lo utilicen para hacer daño, para hacer ciberbullying o ciberacoso. Ya han saltado las alarmas, concretamente los Mossos d’Esquadra han recibido, en 20 días, seis denuncias por insultos o injurias relacionadas con estas nuevas herramientas de cotilleo. No perdamos de vista que el Ciberbulling puede constituir un grave delito y que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.
Y es aquí donde los límites deben ser establecidos; en primer lugar, por aquellas/os en quienes recae la responsabilidad legal de la apertura de dichas páginas pero, en segundo lugar, por aquellos/as que publican cualquier comentario real o irreal, cualquier verdad o cualquier falsedad, sabiendo que irrumpen también en un posible delito.Y, para ello, es necesario unos valores que provienen de una educación; unos controles externos e internos que, muchos, no estan preparados para anteponer a los diez minutos de risas, o quizás carcajadas, a costa del individuo a quien estan machacando, haciendo sentir inútil o feo o gordo o, porque no?, incluso, mala persona o mal amigo…todo un halago provinente de amigos que no son capaces de distinguir entre la libertad y el libertinaje.
Desde siempre han existido los patios de luces a través de los cuales se han podido oir críticas, más o menos silenciadas, que…eso sí…cuando «el criticón» se encontraba enfrente del «criticado» y se daba la causalidad de que esté último le recriminará su acción, el primero siempre tenía su «as»; «ah? ¿te enfadasté? ¡si era una crítica constructiva!», sólo que únicamente había sido vivenciada como tal por el «criticón» mientras que el «criticado» se sentía humillado, en ocasiones, y, en otras, sabía de quien debía apartarse lo máximo posible.
Actualmente, y con el avance tecnológico, el «critiqueo» se moderniza; se empieza con el propio facebook, se pasa por el what’s app, los más «in» utilizan skype y, dentro de todo este torbellino telemático no es raro la aparición de los informers y los gossip.Otra cosa es su expansión viral porque esté es el mismo mecanismo que utiliza el acosador para cercar al «bully» o acosado, sólo que dicho fenómeno viral cambia de nombre y se denomina sindrome del chivo expiatorio y consiste en que un acosador junto con su pequeño grupo empiezan a crear mentiras, infábulas sobre el acosado de manera que cada vez más compañeros se unen al grupo del acosador, dejando sólo y aislado al «bully», ¿ nos va sonando,verdad?
la solución no está en regular Informers y Gossip o incluso arbitrar medidas para prohibirlas. Poner “puertas” a Internet es muy difícil. Si se tapa un “agujero”, la presión saldrá por otro, de eso no hay la menor duda.
En el caso de los adolescentes y su participación en este tipo de redes, la solución está en la educación, no en la represión. Hay que hacerles ver las consecuencias de una calumnia en Internet, sea en Informer, Gossip o cualquier otro lugar. Internet es una Red anónima… hasta que deja de serla. En caso de delito, las fuerzas de seguridad tienen mecanismos para averiguar quién es el responsable de las calumnias o del acoso.Si es una persona adulta, tiene una responsabilidad legal, como ya se ha dicho, anteriormente.Y si es menor penalmente también la tienen sus padres o tutores legales.
Pero no sólo hay que plantearlo por esta vía sino también, y sobre todo, por la parte preventiva, para evitar que esto llegue a ocurrir. Tanto a nivel escolar como familiar, el hacerles que se pongan en lugar de la persona calumniada o acosada, incluso con ejemplos reales, puede ser una buena terapia, al menos para que reflexionen un poco.
También tener presente algo: la moneda tiene dos caras. Y aunque es frecuente que los padres tengan miedo de los peligros que puedan acechar a sus hijos en la Red, es conveniente que sepan que ellos, sus hijos, pueden ser los acosadores. Por eso hay que hablar con ellos para que sepan qué hacer en el caso de ser acosados y de la misma manera advertirles de las consecuencias que acarrea el ser el acosador.
En consecuencia, ante estas “nuevas herramientas” sirven los mismos consejos de siempre: educación, prevención y, por parte de los adultos, formación . Llegar a la siguiente fase, la represión o el castigo, es indicativo de un fracaso y no será una solución, porque si ya estamos en ese punto quiere decir que ya ha existido un problema serio.