Deberías saber que…
Si ahondamos en las verdaderas razones del consumo, no es difícil encontrar motivaciones ocultas como la necesidad de llenar vacíos, de suplir carencias, de afrontar la angustia, la impotencia y el miedo.
La dificultad de gestionar los propios sentimientos incita a chicos y chicas a emplear el alcohol y las drogas ilegales para intentar superar la ansiedad, cambiar su personalidad o darse valor frente a los demás.
En ellos se observa también una explosiva combinación entre su baja percepción del riesgo y su alta conciencia de invulnerabilidad.
Cuando dicen que controlan la sustancia, lo que están intentando explicarnos es que en realidad se aferran a ella. Esa vinculación les lleva a creer equivocadamente que no dependen de todo lo demás, que pueden prescindir de todo eso.
¿Estás preparado para cuando tus hijos o hijas se encuentren con las drogas ?
Acoger emocionalmente a nuestros hijos e hijas, comprender esas motivaciones, nos permitirá no sólo ayudarles a evitar comportamientos perjudiciales, sino también a fortalecer su autoestima y encontrar motivaciones positivas que desincentiven ese consumo.
¿QUÉ CONSUMEN? EL PATRON JUVENIL DE INGESTA DE DROGAS
Los diferentes estudios coinciden en presentar un panorama en el que chicos y chicas:
Consumen sobre todo alcohol, que es con mucho la sustancia más generalizada. La ingesta suele ser en grupo, “haciendo botellón” o en los aledaños de los bares. Recurren mucho a la mezcla de bebidas para abaratar el consumo y buscar gustos más dulces, lo que puede aumentar los efectos negativos del alcohol.
El tabaco es la segunda sustancia más consumida. Había caído mucho entre la juventud, pero en los últimos años ha experimentado una cierta subida, especialmente entre las chicas.
En ambas drogas legales se observa una edad media de inicio muy temprana, en torno a los 13 años, aunque en los últimos tiempos parece reducirse algo.
A cierta distancia quedan los llamados “porros”, es decir, el cannabis. Su edad de inicio es un poco más tardía, pero los datos ponen de relieve que su consumo es el que más ha crecido en la última década.
El resto de sustancias presentan un consumo muy inferiores,aunque la cocaína se destaca del resto (España es porcentualmente el país de mayor consumo) y las mal llamadas drogas de diseño (sintéticas), como el éxtasis, arrojan datos de continuidad preocupantes. La heroína ha adquirido en los últimos tiempos un nuevo renacer esnifada o fumada (no inyectada), y han aparecido nuevas sustancias.
Deberías saber que…
El papel del alcohol y el tabaco como drogas de entrada explica también que la mayoría de los consumidores de cannabis llegaron a través de las dos primeras y mantienen su hábito.
De acuerdo con las edades de inicio, madres y padres deben estar especialmente vigilantes en la etapa de los 12 a los 15 años. Es la de mayor riesgo de acercamiento a las drogas y también la más básica para ejercer comportamientos preventivos.
Los chicos presentan mayores niveles de consumo de drogas que las chicas, y por tanto mayor riego, pero las diferencias de género van reduciéndose drásticamente.
Como es lógico, los momentos de ocio y las actividades recreativas son oportunidades clave para el consumo de drogas.
Para los propios jóvenes son importantes los amigos y amigas en el inicio del consumo, pero también la permisividad familiar, la frecuencia de salidas nocturnas y las horas tardías de regreso aparecen también muy asociadas a los estilos de vida de los que más consumen.
MADRES Y PADRES. NI COLEGAS, NI AMIGOS
La juventud se ha convertido en un valor positivo en sí mismo y la madurez en un signo de decadencia sin paliativos. Por eso hoy todo el mundo quiere ser joven.
Los niños y niñas son vistos cada vez más como “preadolescentes”por sus hábitos, por su modo de vestir, su ocupación del ocio. Ellos mismos asumen esa condición, pero a veces con las angustias asociadas a la pérdida de seguridad infantil cuando se abisman en el mundo de la adolescencia.
Los adultos no quieren dejar de envejecer, y ese “síndrome de la eterna juventud”, cuando ataca a los padres y madres, les lleva en muchos casos a intentar mantener con el preadolescente una falsa relación de iguales.
Los jóvenes gozan de mayor autonomía, tanto en movilidad como en poder adquisitivo. Además superan a los adultos en habilidad y conocimientos en relación a nuevos saberes audiovisuales.
Eso ha removido los cimientos de la clásica jerarquía familiar, sustituyéndola por nuevas formas de relación
Deberías saber que…
El efecto negativo del mito del padre o madre “colega” no está en el hecho, positivo en sí mismo, de mantener con nuestros hijos relaciones de cordialidad y franqueza. Está en ignorar que los menores y adolescentes necesitan , e incluso demandan, figuras que les den confianza, que les impongan límites, que les acojan en sus angustian, que les aconsejen.Aunque discutan y se opongan a la autoridad.
No debemos tener miedo de prohibir, cuando la decisión está razonada y la decisión del hijo e hija es inviable. Cuando se está seguro de lo que se hace no tiene sentido disculparse.
La autoridad se gana con coherencia, no con autoritarismo y desde luego sin dogmatismos. Los hijos e hijas son espectadores excepcionales de la vida de sus padres y madres, de sus actitudes y comportamientos y perciben la autenticidad de lo que decimos y hacemos.
1. Especialmente los difundidos por el Observatorio Europeo de Las Drogas y la Toxicomanía y por