Por mi consulta han pasado multitud de niños. Iván, de 3 añitos, cuyos padres vinieron muy preocupados porque aún no había pronunciado ni una sola palabra. Elena, de 7 años, que vino con su madre tras haber sido testigo del conflictivo fin del matrimonio de sus padres. Alex, de 9 años, con enuresis.
El inicio del tratamiento psicológico va precedido por consultas de los padres a través de las cuáles se definen los problemas de sus hijos que motivan la consulta. Sin embargo, no todos los problemas consultados ni todos los niños evaluados psicológicamente van a necesitar tratamiento con terapia. La cuestión principal es que, en un momento determinado, todo padre y madre sabe que algo no va bien y se plantea la posibilidad de buscar ayuda profesional.
¿Qué síntomas nos indican que nuestros hijos necesitan ayudan de un psicólogo?
Nuestro hijo necesitaría un psicólogo infantil si observamos alteraciones (importantes) en las siguientes áreas:
- En la alimentación: come más o menos.
- En el sueño: insomnio, pesadillas, exceso de sueño durante el día, enuresis (se hace pis en la cama).
- En el rendimiento escolar: aumento de la distractibilidad, baja motivación, no hace sus deberes, su rendimiento académico baja considerablemente, problemas de aprendizaje y atención, retrasos en el habla o el lenguaje.
- En el estado de ánimo: triste, apático, sin ganas de hacer nada, tiene cambios de humor y del estado de ánimo frecuentes, explosiones de irritabilidad o enfados impredecibles.
- En su nivel de actividad: parece que haya perdido la energía, está más nervioso de lo habitual, no puede seguir a sus compañeros en sus actividades extraescolares habituales
- En el juego: juega sólo mediante dispositivos tecnológicos a juegos violentos, no participa en actividades de grupo.
- En la conducta: no acata las normas, presenta conductas repetitivas, obsesiones, tics, desafía a las figuras de autoridad.
- En las relaciones sociales: tiene problemas con sus compañeros, ni llama ni le llaman para quedar, no hace nuevos amigos, presenta ansiedad ante determinadas situaciones sociales, hipersensibilidad, timidez.
- Sintomatología física sin causa aparente: cefalea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, eczemas, malestar general…
- Problemas de adaptación tras un divorcio – especialmente si es conflictivo– mudanza, cambio de custodia o de un duelo.
¿Cómo se empieza con un psicólogo infantil?
Al hacer la demanda, lo más habitual es que cite para una primera entrevista diagnóstica a ambos padres, si puede ser. En aquellos casos en que – por horarios rotatorios, por divorcio conflictivo, por escasa comunicación entre ambos próceres – esto no pueda ser, se harán dos entrevistas por separado.
De la misma manera, antes de la primera sesión con el niño/a, le debes explicar, de una forma entendible, que va a acudir a un psicólogo y el motivo por el cual consideráis que es necesario hacerlo. También es importante que los niños sepan que todo aquello que vayan a decir es confidencial, el psicólogo no lo va explicar a nadie ya que es “secreto”.
A partir de aquí, el terapeuta crea una alianza terapeútica fuerte con el niño que es importante que no se rompa por las frustaciones, por competitividad o por otros motivos, entre los padres, para que el hijo/a vuelva a confiar en ambos la próxima vez o, si es necesario continuar con una intervención, que el niño/a acceda de buena gana a ella.
¿Para que nos servirá un psicólogo infantil?
Cómo hemos dicho, los psicólogos infantiles juegan un papel muy muy importante en la detección de problemas de relevancia clínica significativa. Cierto es que, en ocasiones, todavía existe reticencia por parte de algunos padres por la creencia errónea de que la psicología se dedica sólo a “las enfermedades mentales” lo cual está muy alejado de la realidad ya que muchos pacientes infantiles sólo necesitan a un profesional que les ayude a enfrentarse a algunas pequeñas dificultades que afectan a su vida cotidiana. La normalización ayudará al niño pero, también, a los padres. Una terapia puede ser útil para:
- Detectar las habilidades, los potenciales, el CI, características de la personalidad del niño mediante una sesión de terapia de juego o de tests infantiles.
- Tratar dificultades de aprendizaje, dislexia, falta de concentración, tda/tdah, la psicología dispone de técnicas eficaces para hallar la causa que ha producido la disminución del rendimiento académico.
- Apoyar al niño en situaciones difíciles desde un divorcio hasta una situación de bullying.
- Si hay cambios extraños o extremos en su conducta, nos indica que el niño pasa por una situación que le resulta confusa o le hace sentirse mal.
- Herramienta para que los padres comprendan mejor el comportamiento de sus hijos, sin caer en actitudes drástricas, de manera que el psicólogo les pueda dar unas pautas sobre qué es mejor hacer y no hacer.