Celos entre hermanos

Tengo sentada en el cómodo – dicen- sofá de mi consulta a una menuda, pizpireta niña de siete años que me mira con sus intensos ojos verdes, creo que espera que saque la varita mágica – según le han mal contado – y le haga algo de “magia”. Sin embargo, estoy jugando con ella, mientras le hago preguntas. Y, así, poquito a poquito, es como puedo diagnosticar que Daniela tiene celos de su hermanito recién nacido Jon. Este es el motivo por el cual tiene conductas disruptivas, no habituales en ella, así como trastornos en la excreción, la alimentación y el sueño, parecidos al de un bebé

Y, ¿ qué entendemos por celos entre hermanos?

Los celos entre hermanos son un estado afectivo natural, caracterizado por el miedo a perder o ver disminuido el cariño de los padres y, en especial, de la madre, en beneficio del hermano/a recién llegado puesto que el niño/a considera que la madre va a dedicar más tiempo y atención al hermano. Como reacción emocional es muy parecida a la ansiedad

Aparición, curso y duración

Los celos se pueden considerar una etapa “normal”, sin mayor importancia, siempre y cuando los factores desencadenantes sean pasajeros. Sin embargo, esa aparente normalidad deja de existir cuando los celos alteran la convivencia familiar, el desarrollo emocional del niño, si los factores desencadenantes son persistentes o no remiten pasados los cinco años del menor

De cualquier manera, la edad más conflictiva suele estar entre los tres y seis años ya que es, entre este período de tiempo, cuando hay una mayor rivalidad. En cambio, a partir de los seis o siete años, los niños tienen una actitud más cooperativa con los padres, con los profesores y de una proximidad mayor hacia el bebé.

Se considera que los celos del hermano mayor se deben haber superado en un término medio  de un año.

Sintomatología

Los niños celosos pueden presentar diversos síntomas;

  • Síntomas físicos:  Dolor abdominal, vómitos, alteraciones del apetito y del sueño, necesidad de que alguno de los padres se quedé con él/ella hasta que se duerma, quejas somáticas algunas de las cuales son fabricadas de forma psicogéna
  • Trastornos emocionales: Desobedientes, negativistas, disforia sin motivo aparente, irritabilidad y/o agresividad, llanto continuo, desean más mimos de lo habitual, se niegan a ir a la guardería, no tienen en cuenta al bebé y hacen como si no existiera, hacen llamadas de atención constantes a sus padres y profesores
  • Vuelta a etapas previas: Imitan al bebé para llamar la atención de los padres; enuresis, encopresis, habla infantil, quiere comer con biberón.

¿ Qué produce la rivalidad entre hermanos?

Basicamente, tres factores:

  • Necesidad de atracción de la atención de los padres o de otros hermanos
  • Comparación con el hermano recién nacido y necesidad de sentirse superior al mismo
  • Deseo de conseguir mayores privilegios que el hermano pequeño

Los padres no pueden evitar los celos pero sí pueden potenciar una relación sana entre hermanos, disminuyendo las discusiones máximo posible.

¿ Qué deben hacer los padres antes del nacimiento del hermano?

  • Es recomendable que , sobre el segundo trimestre del embarazo, vayamos hablando a nuestro hijo/a acerca de que pronto tendrá un hermano/a, con un lenguaje entendible y sin excesiva información biológica.
  • Si tu hijo va a precisar un cambio de habitación, debido a la llegada del bebé, hazlo antes de su nacimiento. De lo contrario, tu hijo mayor va a pensar que su hermano ha llegado para desplazarlo, quitarle el lugar en los afectos de sus padres y familia, “destronarlo”,  y aparecerán los celos
  • Es el momento adecuado para hacerle entender a tu hijo todo lo positivo que tiene la llegada de un hermano
  • Inclúyele en los preparativos; hazle partícipe de la elección de ropita o de la decoración de la habitación. Permítele que ayude en dicha decoración, en la medida de lo posible. Lo prioritario es que viva el nacimiento de su hermano como algo suyo, entendiendo conceptos como “todos”, “familia”,…
  • No dejes de hacer actividades lúdicas o deportivas, que potencien los intereses y las habilidades de tu hijo mayor, durante el embarazo

¿  Qué hacer cuándo ya ha nacido el bebé?

  • No cambiar las pautas de alimentación, sueño e higiene del hermano mayor
  • Intentar que siga en casa, al cuidado de los padres, – y no de los abuelos, tíos o cuidadores- ya que, así, puede estar “ con sus cosas”, que le proporcionan seguridad
  • La llegada del hermano supone una “crisis” que no se debería unir con otras “crisis”, como son: comenzar de nuevo  o cambiar de guardería o colegio, cambiar de vivienda…
  • Le tienes que explicar a tu hijo mayor que, al principio, la vida es más estresada para vosotros porque su hermano no puede andar o pedir las cosas, tal y como hace él,  pero que, después, lentamente, se va tranquilizando la situación, con su ayuda, y su hemano se irá haciendo mayor y podrán hacer muchas cosas divertidas juntos
  • Incluir a tu hijo mayor en los cuidados del bebé pero, obviamente, baja la supervisión de los padres
  • Debe existir un tiempo exclusivo para el hermano mayor, para hacer actividades agradables con él mismo.

Y, ¿ qué hago si mi hijo mayor tiene celos de su hermano?

  • No darle ningún reforzador positivo, diciéndole – con un tono de voz suave, calmado y neutro – que no existe ningún motivo para que consiga lo quiera. Se puede continuar diciéndole que se le devolverá, cuando se comporte de una forma más adecuada
  • Obviamente, esto producirá que el niño lo vivencie – aún más, si cabe – como una actitud de rechazo por parte de los padres y de clara preferencia del hermano menor por encima de él “ que ya estaba antes allí”, lo cual puede producir rabietas o crisis de llanto. Pues bien, no cedáis. Porque si lo hacéis una primera vez, ya sabéis, “ pobrecito, qué mal lo está pasando”, el niño sabrá cuál es vuestro punto débil y lo va a usar reiteradamente. Debéis enseñarle que llorando, pataleando o teniendo una rabieta, tampoco, es la manera de conseguir lo que quiere. Para que nos entendamos, no se trata de ignorar a vuestro hijo mayor pero sí de hacerle ver, poco a poco, que las cosas pueden ser de otra manera y que ello depende, en gran medida, de su actitud

¿ Puede el hermano pequeño tener celos del mayor?

Sí, claro, puede sentir celos porque cree:

  • El hermano mayor tiene privilegios que él no tiene por ser menor
  • Los padres muestran muestran predilección por su hermano al ser el mayor

Sin embargo, como es obvio, esto sucedería cuando los hermanos tuvieran ya una cierta edad y no en las primeras fases de su desarrollo. Esto lleva a que haya discusiones entre ambos, normalmente, que los padres no deben permitir, deben intentar acabar con ellas, evitar – de cualquier forma posible- que se llegue al enfrentamiento físico-por la falta de respeto que supone para con el otro, y, sobretodo, no tomar partido o posicionarse de parte de ninguno de los dos.

Pautas para cuando los hermanos se tienen celos

  • No hagáis comparaciones entre vuestros hijos ya que de la comparación nacen muchos celos
  • Tener en cuenta que cada hijo es único e irrepetible, con sus propias cualidades y necesidades, por tanto, no pretendáis educar a vuestros hijos siguiendo una misma “ plantilla” porque es lo mismo que intentar poner un mismo traje y esperar que le siente bien a todos
  • Es muy importante corregir a vuestros hijos en privado, en casa, y elogiarlos, tanto en público como en privado, que sepan que estáis ahí y que estáis contentos de que ellos estén en vuestras vidas
  • Potenciar los intereses o las habilidades especiales de cada uno, haciendo aquellas actividades que prefieran. Y sí, a veces, resulta logísticamente incómodo que cada hijo haga una o varias cosas distintas y con horarios solapados, pero forzar a uno de ellos, como mínimo, a que haga una actividad que no le gusta, es tener un hijo frustrado
  • Enseñar a los hijos a discutir de forma asertiva acerca de los conflictos cotidianos, sobretodo, escuchando al otro y buscando soluciones de forma conjunta, es la mejor manera para que crezcan y se desarrollen, a nivel emocional, como personas

Bibliografía

  • FABER, A. y MAZLISH, E. (2001): ¡Jo, siempre él! Soluciones a los celos infantiles. Madrid: Alfaguara
  • ORTIGOSA QUILES, J.M. (2003): Mi hijo tiene celos. Madrid: Pirámide. TAVERA
  • GALVÁN, M. V. (2003): ¡Claro, y yo qué! Los celos infantiles. Barcelona: Teleno.