Enrique está sentado en el sofá de mi consulta la soleada mañana de ese Domingo “espero que tengáis una buena razón tú y Natalia, para hacerme venir hasta aquí, hoy” Y, entonces, me doy cuenta, de que, quizás, todavía tengo algo de sueño porque… Natalia, ¡ no está!. Enfrascada en mi propio razonamiento, veo que Enrique me alarga su smartphone, “¿lo ves? Ni un sencillo, no eres tú, soy yo – o al revés – ni un tenemos que hablar, nada, sólo esto…” y, leo un simple Whatsapp “cariño, ¡te dejo!, lo siento…”
Enrique y Natalia se habían conocido hacía unos meses, habían tenido varias citas, habían empezado una relación y todo parecía ir bien hasta hace apenas un mes en que habían empezado pequeñas desconfianzas por el uso de las redes sociales, a través de las cuales se habían conocido, y que, finalmente, habían acabado con la relación. Aún, a pesar de que intenté que Enrique tuviera paciencia “puede ser una crisis y, quizás, vuelva, esto no tiene sentido”, de hecho, Natalia, dejo de contestar los what’sapp de Enrique, no cogió ninguna llamada y, finalmente, lo acabo bloqueando para que no tuviera ningún tipo de acceso a ella. En el par de conversaciones que tuvimos ambas desde que se precipitará el final, reconocía que no tenía motivos, que Enrique es una buena persona pero que eran incompatibles. Finalmente, Natalia “se esfumó”
Nombres 3.0 para una misma realidad; ¡te dejo!
En efecto, existen distintas denominaciones a cuando tu pareja desaparece a través de las redes sociales; el “desaparecer”, es un decir, como aquello que, antes se llamaba “despedirse a la francesa”, de una forma algo despectiva para nuestros vecinos. Pero, el hecho, en si, es el mismo. Por ello, si en alguna ocasión, te ha ocurrido lo mismo que he narrado, decirte que has sido victima de ghosting, que se puede traducir por algo así como “hacerse el fantasma”, curioso ¿no? Y, si intentamos ver lo positivo que pueda tener la situación, nos daremos cuenta que, al menos, una vez que el miembro que ha dejado abandonar la relación, deja de mandar whatsapp, el otro miembro de la pareja se puede permitir hacer el duelo por la relación perdida.
Y ¿qué te parecería si la persona que has conocido en lugar de decirte “no, gracias, paso” ante tus peticiones de ser amigos muy especiales, simplemente, “te congelará”? Seguramente, no muy bien. Pues, a ello, se le denomina con otra palabra en inglés benching. Sólo que está tiene, aún, peor “prensa” que la anterior ya que supone que esta persona te tiene allí, pendiente de él/ella puesto que te envía, con una cierta periodicidad, algún Whatsapp corto, algún emoticono… pero no inicia ninguna conversación porque no te responde a nada.El objetivo de esta persona es mantenerte como contacto “por si acaso”; por si acaso su relación actual fracasa, por si acaso no conoce a nadie más interesante, por si acaso…de alguna manera, es un comportamiento más manipulador y egoísta que el anterior porque no te permite avanzar en tu propia vida
Por último, puede haberte ocurrido que esa relación haya desaparecido, por completo, de tu vida y, sobretodo, de tus redes sociales, desde que te dejo. De hecho, ya estás completando el duelo cuando, de repente, vuelve a aparecer en forma de un like en una foto tuya en Instagram o un comentario en Facebook. A este fenómeno se le denomina zombing.
¿ Es posible encontrar pareja por internet?
Como mínimo, es posible hallar distintas páginas y portales – apps, si estas accediendo desde tu smartphone o tablet – que se dedican a la búsqueda activa de pareja para quien tenga a bien rellenar un formulario con sus datos – ¿ reales?-realizar un presunto test de personalidad, otro de intereses y algún otro, dependiendo de la página/portal/app en que te hayas metido. Tras ello, te pedirán que subas una foto, para presentarte un listado de aquellas personas con las que presentas mayor compatibilidad. Pero, como esto – como casi todo – no deja de ser un negocio, te van a pedir que te hagas “premium” si tú, también, quieres ver las fotos de los/as otros/as candidatos/as.
Dicho esto, empiezas a conversar con el supuesto candidato y te das cuenta, progresivamente, que esto de hallar el amor a través de internet, no es tan fácil… Sin embargo, eso no significa que no existan personas que sí lo hayan encontrado, especialmente, a través de apps – que no excluyen ninguna orientación sexual – Y, de la misma manera, Facebook o Messenger han jugado muy en contra de Internet como una nueva vía para las e-relaciones
¡Seguro que no hay tantos que hacen ghosting!
Al contrario, en la época en que la mayoría de las relaciones empiezan a través de las redes sociales – Facebook, Instagram, Whatsapp, Messenger, e, incluso, Twitter -el ghosting o “esfumarse como si fuera un fantasma” es bastante habitual y ocurre por diversos motivos que analizaré posteriormente
De momento, nos interesa ¿ y cuántos? Y, para ello, me voy a basar en las cifras obtenidas por distintas publicaciones puesto que no existen unas “oficiales”. Así, una encuesta realizada en el año 2014, en USA, para El Huffington Post, revela que el 11% de los encuestados afirmaba haber hecho ghosting a alguien mientras que el 13%, aseguraba haber sido victima del mismo.
De la misma manera, la revista Elle realizó una encuesta similar entre sus lectores, obteniendo que el 26% de las mujeres y el 33% de los hombres, admitían haber sido tanto victimarios como victimas del ghosting. Por su parte, la revista Fortune, indicaba que el 80% de los jóvenes – hombres y mujeres- de USA, solteros, habían sido, alguna vez victimas del ghosting. En España, no hay datos acerca del ghosting pero, seguramente, no se aparte de dicha tendencia, muy relacionado – o mejor, con el mal uso por abuso o dependencia – de las redes sociales y, por extensión, también, de Internet.
Consecuencias del ghosting
En este caso, los efectos son negativos para la victima a la cual se le afecta la autoestima y, además, tiene que realizar un duelo por la relación perdida aunque es desconocedor/a de las causas que la han motivado. Además, existe la sensación constante de que esa persona “especial”, te volverá a conectar, en cualquier momento, por lo cual se acaba cayendo en una cierta adicción al what’sapp – del cual ya hablamos en otro post- o en cualquier otra red social.
¿ Qué ocurre si dicha persona nunca más se vuelve a poner en contacto? Cosa, por lo demás, de lo más habitual, que la persona “dejada” acaba magnifcando sus propias inseguridades “ si no le hubiera dicho”, “ si no me hubiera comportado”, “si no hubiera estado tan seco/excesivamente simpático”… y ello, tendrá una segunda consecuencia muy importante; acabará produciendo efectos – desde celos hasta agresividad verbal pasando por comportamientos extremadamente dependientes, rozando la obsesividad – con su futura pareja, independientemente de cómo la haya conocido.
Por su parte, el victimario mostrará sentimientos de culpabilidad, especialmente, si la relación podía parecer algo estable, ya que se produce un daño secundario al contexto familiar de ambas partes así como al contexto social.
¿Por qué se “ghostea”?
Los motivos pueden ser diversos pero, entre los más frecuentes, se hallan:
- Personas evitativas de todo tipo de conflictos por miedo a las consecuencias. Por ello, ya se esconden detrás de la pantalla de un ordenador, móvil o Tablet para encontrar pareja, para no tener que enfrentarse a sus propios miedos e inseguridades. Y, por el mismo motivo, te “dejarán”, de la misma manera, que si aparcarán el coche y si olvidarán de ir a recogerlo, sólo que, seguramente, y debes ser consciente de ello, le tienen en mayor estima al coche que a ti que, piensan, “al final, le he conocido en una red social “.
- Deshacerse del otro/a Según Sherry Turkle, profesora de Sociología del MIT, y autora de artículos y un libro sobre la temática, esta resulta una forma fácil de “deshacerse” de la gente. La profesora afirma que el ghosting es algo único en el mundo online ya que, sobretodo entre los adolescentes, es tan fácil como despedirse del otro/a con un “nada”. Obviamente, si nos ponemos a pensar en unas relaciones interpersonales al uso, no nos entra en la cabeza que nos despidamos del otro con “nada, gracias” si no es en un entorno muy específico como tomando algo. Esto conlleva importantes consecuencias porque supone como si se pudiera ignorar al otro, por tanto, desaparece, progresivamente, la capacidad de ponernos en el lugar del otro, es decir, la empatía
- Las despedidas son incomódas, ¿ cierto? ¡ Pues, nada mejor que no despedirse! Y, si se trata, de una pareja o posible pareja, mejor aún. Lo cierto es que, como ya he dicho, anteriormente, tenemos la falsa ilusión de “es que yo hablo con mucha gente” – por que nuestra socialización virtual es extensa -Sin embargo, nuestras relaciones interpersonales, las de “face to face”, cada vez, se ven más restringidas, por lo cual hallar una relación que, realmente, cuaje en una pareja es muy complicado porque nuestra intimidad ha pasado al reino de la extimidad. Por tanto, ¿qué nos quedará para compartir con la pareja?
- Rupturas anteriores dolorosas Los victimarios han pasado por rupturas anteriores que, en su momento, no fueron elaboradas correctamente. Ese daño que sufrieron, ahora, lo proyectan en sus victimas pero, en forma de una no despedida, lo cual produce que el rechazo se alargue en el tiempo causando, de facto, mucho más dolor del que ellos mismos recibieron.
Pautas para dejar a tu pareja de forma responsable
- Afronta la conversación Es lógico que te sientas con miedo e inseguridad ante una conversación que va a suponer el final de tu relación. Piensa , ante todo, usar la sensibilidad y el tacto para no herir los sentimientos de la otra persona, piensa que no es necesario acarrear un sufrimiento inútil.
- Organiza lo que vas a decir. Que no es sinónimo de llevar un discurso aprendido; eso sonaría frío, distante, impersonal, sin sentimiento. Pero, es importante que tengas una estructura coherente, con unas motivaciones claras, por las cuales quieres dejar la relación.
- Habla con calma y pausadamente Al menos, durante un tiempo, habéis sido importantes el uno para el otro. Por tanto, sé sincero pero claro aunque intenta mantener la conversación dentro de unos niveles en que no se produzca la discusión ni mucho menos, por supuesto, la confrontación.
- Intenta controlar las emociones negativas Si vuestra conversación deriva a gritos, rabia y reproches, posteriormente, os costará más superar la ruptura. Por tanto, si veis que no sois capaces de controlar las emociones, sobretodo las negativas, lo mejor es intentar rebajar el nivel de tensión, calmarse, y reanudar la conversación, después.
- Hacer el duelo por la relación perdida Cuando asumas la ruptura – y tras un primer período en que, es posible, que sientas llanto o un dolor muy profundo – realizarás un duelo normal, que no es indefinido, sino que, poco a poco, empezarás a sentirte mejor.