El caso de Alex, 36 años, publicista y Silvia, 32 años, informática, es de largo recorrido en nuestra consulta; llegaron porque Silvia quería ser madre y Alex estaba en pleno Síndrome de Simon – aunque Silvia siempre ha mantenido que lo que ha tenido Alex ha sido un Sindrome de Peter Pan en toda regla – En cualquier caso, y tras largas sesiones de terapia de pareja, conseguimos que se pongan de acuerdo pero, entonces, es la biología quien se interpone; Silvia tiene un problema que le impide ser madre “por la vía normal” – cuando, tras largas sesiones de terapia, tras muchos meses, conseguimos decir entre risas – Aún así, y finalmente, Alex y Silvia son padres de un precioso bebé, Daniel.
Aunque la felicidad parecería haber llegado, de una vez por todas, a las vidas de Alex y Silvia, sigue sin ser así. Ahora, vuelvo a tener sentado en el sofá de mi consulta a Alex quien se queja amargamente “¡es que tú no sabes cuánto ha cambiado mi mujer desde que ha sido madre!”
Primera cuestión que me llama la atención; “…desde que ha sido madre…”, ¿es que la parentalidad no es cosa de dos? Obviamente, el objeto de la maternidad es la mujer puesto que ella es quien sufre el parto. Pero, aparte de esta cuestión estrictamente anatómica y ya conocida – los hombres no podéis parir porque no tenéis útero – la llegada de un bebé a una familia – en principio, formada por su papá y su mamá, ya hablaremos del resto de familia- es una de las experiencias más importantes en su vida, con desafíos y responsabilidades. Es obvio que un bebé llega a una pareja establecida, con una organización, con sus propias normas, con sus propios hábitos, y lo hace para remover los cimientos mismos de todo ello. Y esto no significa, en sí, nada malo pero sí algo que debe ser compartido – a partes iguales – por ambos miembros de la pareja.
Existen diversos motivos por los cuales el marido puede considerar que su mujer ha cambiado tras la llegada de su hijo, y no siempre están relacionados con la mujer:
Y, también, ha llegado la depresión postparto…
Pero no, necesariamente, siempre; es decir, cada vez que se tiene a un bebé no hay una regla, escrita o no escrita, que diga que la mujer deba pasar por la depresión postparto.De hecho, sólo se produce en un 8% de los casos, en cambio, el llamado “baby blues” o melancolía, que es un marcado desinterés afectivo por el marido, afecta al 15% de las mujeres
Pero, ¿ qué ocurre si, efectivamente,llega? Se produce una fuerte alteración en el estado de ánimo de tu mujer, la madre, que – la mayoría de las veces – casi ni se atreve a verbalizar por esa visión idealizada de la maternidad que se tiene en nuestra sociedad y porque se siente culpable,” mala persona” al pensar que “bonito es que tengan hijos…las otras”
Entiendo que estés desconcertado,”¿ porqué tiene depresión, si debería ser muy feliz?¡ fijate en mí!” y nos fijamos porque mientras ella, la madre de vuestro hijo/a, te pide ayuda , tú estas inmerso en tu propio “ baby blues” – o en tu depresión postparto – y comentas “ es que ella ha cambiado, ya no es la misma”, “ se creo que volvamos a ser cómo antes”…Efectivamente, por ahí, ¡ vamos mal!
Aunque se desconoce, con absoluta certeza, la causa de la depresión postparto, podemos considerar que las principales causas de la misma son:
- Trastornos físicos como una posible anemia a raíz del embarazo y/o una alteración hormonal, especialmente, variaciones en los niveles de estrógenos y progesterona lo cual afecta, directamente, al deseo sexual y suele producir una inhibición. Estos cambios hormonales se prolongan entre 2-6 semanas tras el nacimiento del bebé y depende de varios factores cómo son; cómo se enfrenta el organismo de la mujer a la llegada del bebé o su nivel de respuesta ante variaciones hormonales.
- El parto. Es importante si ha sido natural, o bien, traumático con uso de fórceps mediante una cesárea urgente. También es importante, si es un bebé a término o prematuro y si ha requerido o no ingreso hospitalario ya que todos ellos son elementos que pueden desencadenar la depresión postparto.
Y, si no, llega la suegra…
La llegada de la abuela materna se tiende a ver como algo normal y, de hecho, los hombres hasta “lo agradecéis” Sin embargo, si es la abuela paterna la que llega a ayudar, suele ser vista por la madre como una “injerencia” e, incluso, una “usurpadora” de la crianza de su hijo. No obstante, y como es obvio, no hay mala intención por parte de la suegra, simplemente, actúa con su nieto/a de la misma forma que lo haría/ lo hizó con su hijo, sin percartarse de que no son la misma persona, y que el bebé ya tiene una madre y, por tanto, cada uno debe cumplir su rol dentro de la familia
La suegra, la mayoría de las veces, pensará que obra bien porque tiene una experiencia que su nuera – sobretodo, si es primeriza – aún no tiene, pero se olvida de ponerse en los zapatos de ella e intentar pensar qué debe estar sintiendo y, cuando lo hace, ya se ha generado un innecesario conflicto. En este caso, es su hijo – el padre del bebé – quien debe hablar con su madre e intentar reconducir la situación por los cauces del buen entendimiento.
Esta claro, que, también, existe la situación contraria cuando la suegra participa en el cuidado del bebé, especialmente, las primeras semanas, sin que exista ningún tipo de conflicto puesto que acepta y asume los nuevos roles familiares establecidos y los límites de cada uno de ellos.
¡ Mi mujer esta obsesionada con el bebé!
No te voy a decir que no, pero tiene una explicación; a veces, la depresión postparto se manifiesta en forma de “obsesión” acerca de la salud o la alimentación del bebé. Esto produce que tu mujer lleve al bebé al pediatra de forma repetida para que le dé la seguridad de que al mismo no le ocurre nada.
Creéme, puede llegar a ser muy angustioso puesto que, algunas madres, tienes pensamientos intrusivos, es decir, pensamientos que les entran en la meten y que no pueden resistir, evitar o eliminar, de forma recurrente como, por ejemplo,“ no puedo bañar al bebé porque se ahogará”.
Por tanto, es importante que no dejes a tu mujer sola durante esos momentos en que se siente angustiada por estos pensamientos y no, no tengas miedo, bajo ningún concepto haría daño al bebé; es un pensamiento, no una realidad pero si estás con ella se lo harás menos “agobiante”.
Y, ¿ para cuándo las relaciones sexuales?
Depende de diversos factores; así, el 80% de las mujeres, tras el parto, se siente poco atractiva, con sobrepeso y mantiene la creencia de que, por esos motivos no le va a gustar a su pareja. Mientras que, para el hombre, siente que la llegada del bebé le ha quitado su “lugar” , de lo cual hablaremos posteriormente.Esto hace que, si tu mujer, tiene deseo sexual inhibido, la debas comprender porque al mismo contribuyen además:
- Autoestima baja. Tu mujer se siente hinchada, cansada y, encima, vacía.Además, imagina que se mira al espejo y se ve como si fuera la versión “fea” de ella misma.
- Estrés. Obviamente, la situación requiere un tiempo de adaptación lo cual puede generar cierto estrés – y, con ello, algunas peleas – que son inevitables hasta que estéis definitivamente asentados.
- Molestías vaginales. Si el parto ha sido natural, la vagina se hallará dolorida y sensible. Aumentan en caso de tratarse de una cesárea. No es muy agradable mantener relaciones sexuales, en estas condiciones, porque no producen aquello que es su finalidad; placer.
- Lactancia. Cuando amamantas a tus hijos, tus pechos pueden perder algunas gotitas de leche. Esta claro que ello no impide las relaciones sexuales pero sí que es cierto que, a algunas parejas, les molesta.
¿ Papá está celoso?
Tras la llegada de vuestro bebé, seguramente, te estarás preguntando “¿ y ahora, qué?”, “¿ cuál va a ser mi lugar?”, “¿ tendrá un poquito de tiempo para mí?”, “¿ me querrá igual que antes?”… Es decir, que entras en crisis, por miedo a perder las atenciones, el amor y, por qué no decirlo, las relaciones sexuales con la que, hasta entonces, sólo era tu esposa y ahora, también, es la madre de vuestro bebé.
Y no dejas de tener parte de razón; mamá se centra en el bebé, sobretodo, en las primeras semanas y, casi se olvida, de que tenía un marido el cual, por cierto, andas ya bastante celosillo – sí, tú – intentando descubrir de qué forma el bebé te ha “quitado” tu “sitio”.
Y, es por ese motivo, que entran en la guerra tus mecanismos de defensa que consisten, básicamente, en no entrar en conflicto, tanto como para quedarte en un rinconcito, callado y sin decir nada, como si fueras un primogénito con “pelusilla” de su hermano/a menor.
Te preguntarás porqué actúas así; porque te sientes triste, sólo y, especialmente, temeroso ante la posibilidad de “perder” a tu esposa – una posibilidad que sólo existe en tu mente -que, nunca, como es lógico, has compartido con nadie.
Para evitarlo, tú, mamá, tienes que hacer sentir a papá como parte de esta familia, integrarlo; ahora sois tres no dos más uno.
Pautas para prevenir la depresión postparto:
- Intentar dormir bien
- Ponte expectativas realistas y piensa que es una fase pasajera
- Intenta ponerte en contacto con otras madres; suele ser muy satisfactorio compartir experiencias
- Date un paseo cada día o haz un poco de ejercicio, preferiblemente, por la mañana
- Evita compararte
- Prioriza tus tareas
- Evita tener un exceso de visitas durante el primer mes
- Pide ayuda, cuando la necesites
Qué hacer para sobrevivir como pareja tras el nacimiento del bebé.
- Habla de forma abierta y honesta con tu pareja acerca de cómo te sientes
- Recuerda por qué te enamoraste y cosas buenas vividas con tu pareja antes de la llegada del bebé
- Si puedes, contrata a una niñera o a un servicio de limpieza; te darán un respiro
- Organización y priorización de tareas
- Salid como pareja
- Si todo esto falla, ir al psicólogo especialista en terapia de pareja
2 Comentarios
Alex
Como de costumbre, la tendencia es «a ellas hay que entenderlas y todo tiene una explicación de luz» y «ellos son celosos y como niños, que espabilen»
Julían
Sentemos las bases:
– Él es un peterpan, ella es perfecta.
Ok, ya podemos continuar. Ella puede estar en una fase posparto que puede servir para justificar absolutamente todo, pues…»se ve fea». En el caso de él… bueno, él…, él es un celoso. Sí, sí, un celoso, ahí tienes un complejo análisis de la situación. Por supuesto hay que entenderla a ella, entenderle a él es básicamente ser machista en 2021, todo el mundo sabe que un hombre debe ser estoico cada día, no se le permite fallar o ser ayudado.
Y si falla… ya sabes, búscate a otro. A él no se le permite fallar. Ni una psicóloga pretendería justificar por qué falla, o cómo pretender dar soluciones a la pareja. En la pareja, lo único que importa es que ella esté bien.
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