Llega la Navidad; las luces brillan en las calles, los anuncios de artículos navideños inundan nuestras pantallas y el turrón vuelve a casa… El frío e, incluso, la nieve en algunos lugares, se alían con el tintineo de las bolas en el bombo de la Lotería, la solidaridad impuesta un día al año y los villancicos escolares. A pesar que a casi todas la personas les gusta la época navideña, hay algunas que relativamente odian la Navidad y todo lo que conlleva.

Así es habitual, en estos días, oír en la consulta frases como “me gustaría dormirme y que hubieran pasado las Fiestas”, “me gustaría poder ir a un lugar en donde no tuviera que celebrar nada”,o simplemente, “no me gustan para nada las Navidades”, ”borraría, si pudiera, esta época del calendario”.

Estas personas no se alegran con las fiestas navideñas y rehúsan participar en todas las actividades relacionadas con las mismas. No les gustan las luces, el árbol ni ninguna decoración navideña, tampoco les agrada participar en el intercambio de regalos, las copiosas comidas familiares y odian los villancicos.

Si conoces a alguien con estas características o es tu caso, debes pensar qué hay detrás de toda esa antipatía navideña antes de juzgar.

Las causas para este comportamiento irracional pueden deberse a varios motivos, entre ellos haber experimentado un trauma durante esta época, por lo cual la Navidad les trae malos recuerdos. Todo esto no es más que un mecanismo de defensa para no mostrar el daño que ocultan en su interior. Posiblemente, antes de ello, compartían y disfrutaban de la época.

  • En primer lugar la pérdida de un familiar en una fecha cercana a la Navidad puede causar rechazo por esta época, pues cada vez que se acerca la Navidad la persona recuerda con amargura la perdida que sufrió, y no le permite ser feliz.

  • Otra causa frecuente es la lejanía de la familia: muchas personas viven lejos de su familia y se sienten solas, la Navidad es una fecha para compartir en familia y al no poder hacerlo, las personas se sienten solas y rechazan la época, debido a que no pueden disfrutar de ella.

  • Precisamente, uno de los grandes males de nuestro tiempo es la soledad. Cada vez es mayor el número de personas que no saben convivir consigo mismas. Eso sí, hay que recordar que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Sentirse aislado es uno de los principales motivos de depresión durante la Navidad.

  • Porque la tristeza que asalta a muchos durante estas Fiestas se conoce como “depresión blanca“, “depresión navideña” o “blues de Navidad“. Según la Asociación Europea de Psiquiatría Social, un 20% de los españoles padecen este problema. El ambiente de alegría y dicha colectiva motiva la añoranza y la tristeza por la falta de familiares o amigos allegados. Es entonces cuando las personas pueden deprimirse. Los psicólogos podemos decir que las principales causas que explican los “bajones” anímicos navideños son la perspectiva de reunirse con familiares problemáticos, el desembolso económico que suponen las celebraciones y la ausencia de los seres queridos, ya sea porque hayan fallecido o porque uno se ha separado de ellos. En el caso de familiares o amigos desaparecidos, la melancolía tiene que ver, muchas veces, con el hecho de pensar en la propia muerte. Y es que a muchas personas les cuesta asimilar que la vida es finita.

  • Por último pero no menos importante es la personalidad de la persona ; si se es poco sociable y no le gusta compartir mantel con demasiadas personas, puede que odie estas fechas, pues implica estar rodeado de toda la familia y amigos.


En cualquier caso, si tienes que ir a una reunión familiar y tiene miedo de lo que pueda pasar, aquí tienes unos consejos para ayudarte a sobrellevarlo:

Sobre todo evita perder el control, no dejes que te provoquen y termines por estallar. Las fiestas de Navidad son el peor momento posible para pelearse con nadie; piensa que el resto de miembros no tienen la culpa de vuestros problemas.

Para conseguirlo puedes probar a:

  1. Beber alcohol moderadamente, mucha gente cuando está nerviosa y no sabe qué hacer, se cuelga de una copa y es un error, porque perderás más fácilmente el control de la situación.
  2. Aléjate físicamente de la persona o personas conflictivas, siéntate al otro lado de la mesa.
  3. Busca aliados, sitúate cerca de las personas de más confianza, pero no los utilices para ir en contra “de los otros”.
  4. Evita cualquier tema que sea conflictivo, especialmente aquellos que hacen referencia a rencillas antiguas, pero también cualquier otro que pueda crear conflictos, como la política.
  5. Habla de temas neutros, un programa de televisión, lo malos que son los bancos (tema en el cual todo el mundo estará de acuerdo), el último vídeo que has visto en el youtube sobre perros que cantan villancicos…
  6. Dile algo agradable al enemigo (por ejemplo si es mujer le comentas lo guapa que está, o que te gusta mucho su nuevo móvil…) pero sin ironía. Esto lo desarmará y le dejará un poco descolocado, una ventaja que tendrías que aprovechar.
  7. Siéntate a la mesa el menor tiempo posible. Juega con los niños, juega con los gatos, ayuda a poner la mesa, trae la comida, sal fuera con los fumadores… se trata de estar en movimiento para no presentar un blanco fácil.
  8. Pasa desapercibido, no traigas nada que llame la atención, habla lo menos posible y siempre de cosas intrascendentes.
  9. Si todo esto falla, no respondas a una provocación directa, mejor quédate en silencio, cambia de tema o prueba a contar un chiste que no tenga ninguna relación, tu respuesta será tan desconcertante que el otro no sabrá qué decirte.

Si consigues ignorar completamente la persona que te quiere provocar, podrás tener unas Fiestas tranquilas. Recuerda que no insulta quien quiere, sino quienes pueden.

Sea cual sea la razón por la cual una persona siente rechazo por la época navideña, debe buscar ponerle fin a su problema.

Es recomendable que estas personas busquen ayuda profesional de un psicólogo para que desahoguen sus emociones y así atenuar los sentimientos negativos que, a veces, genera la Navidad. Es mejor enfrentar el problema y no evadirlo.

De esta manera podrán sentirse libres y no agobiados por la felicidad ajena en esta época. Aunque puede ser que nunca disfruten de la Navidad, pero al menos no se sentirán tristes o depresivos al llegar esta fecha tan especial.

¡FELIZ NAVIDAD!